Si alguna vez has intentado movilizar a tu familiar mayor de la cama a la silla o al baño, sabrás que no es tarea fácil. Llega un punto en que la fuerza ya no alcanza y el miedo a una caída o lesión es constante.
En este artículo te explicamos cuándo una grúa puede ser necesaria, cómo funciona y cómo elegirla sin culpa ni dudas.
Una grúa no reemplaza el cariño, pero sí reduce el esfuerzo físico y el riesgo.
¿En qué casos se recomienda usar una grúa en casa?
Cuando el familiar mayor tiene movilidad muy reducida.
Si no puede levantarse por sí mismo o necesita asistencia total para cambiar de posición, una grúa puede marcar la diferencia.
Si el esfuerzo físico del cuidador ya es insostenible.
El cuerpo del cuidador también importa. Dolor de espalda, fatiga crónica o lesiones son señales de que se necesita ayuda técnica.
Cuando hay riesgo de caídas frecuentes.
En momentos como las transferencias (cama-silla, silla-baño), el riesgo es alto. Una grúa estabiliza el proceso y reduce accidentes.
Si hay temor a moverlo por miedo a hacerle daño.
Una grúa bien utilizada da confianza y seguridad tanto a quien cuida como a quien es cuidado.
Tipos de grúas que te ofrecemos y cuál elegir:
En CUIDAMA ofrecemos dos tipos de grúas diseñadas para facilitar la movilidad y proteger tanto al adulto mayor como al cuidador:
Grúa de transferencia:
Permite movilizar al familiar de una superficie a otra (como de la cama a la silla). Es ideal para quienes tienen movilidad muy reducida o nula, y se utiliza frecuentemente en domicilios con espacio suficiente.
Ventajas:
Reduce el esfuerzo físico del cuidador.
Aporta seguridad y estabilidad en cada movimiento.
Puede ser usada en diferentes espacios del hogar.
Grúa bipedestadora:
Está pensada para personas que aún conservan cierta fuerza en piernas y tronco. Ayuda a pasar de una posición sentada a erguida, siendo útil para transferencias breves como del inodoro a una silla o de la cama al andador.
Ventajas:
Fomenta la autonomía del adulto mayor.
Muy útil en fases intermedias de pérdida de movilidad.
Reduce el riesgo de caídas en transferencias breves.
Consejo: Antes de elegir una grúa, evalúa el grado de movilidad de tu familiar y consulta con un profesional en movilidad o terapeuta ocupacional.
El cuerpo del cuidador también necesita cuidados.
Cómo usar una grúa de forma segura?
Lee siempre el manual del fabricante y sigue las indicaciones al pie de la letra.
Nunca operes la grúa solo si no estás familiarizado con su uso.
Asegúrate de que el arnés esté bien ajustado y que el entorno esté libre de obstáculos.
Habla con tu familiar durante la transferencia para darle tranquilidad.
CONTACTA SIN COMPROMISO
¿Estás cuidando a un familiar mayor y
no sabes si necesitas una grúa en casa?
No todas las familias necesitan una grúa, pero si el cuidado diario implica esfuerzo físico constante, puede ser una aliada poderosa.
No se trata de reemplazar el cuidado humano, sino de hacerlo más seguro, más digno y menos doloroso para todos.
Si tienes dudas, puedes contactarnos antes de tomar la decisión, pero recuerda: cuidar también es cuidarte.